El que cree en el Hijo tiene vida
eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de
Dios está sobre él. Juan 3:36
¿Y quién podrá estar en pie delante
de ti (Dios) cuando se encienda tu ira? Salmo 76:7
La sirena de seguridad
En una cantera ubicada en la falda de una montaña, algunas
decenas de obreros tallaban y transportaban bloques de mármol. De repente se
oyó al toque prolongado de una poderosa sirena y todos abandonaron su trabajo y
se dirigieron rápidamente hacia un resguardo cuidadosamente instalado. Después
del sonido de una segunda estridente sirena, unas minas estallaron en sordas
explosiones y se desplomaron enormes bloques de roca en medio de una nube de
polvo. Luego volvió el silencio y el trabajo en la cantera prosiguió.
Durante este año, de muchas y diferentes formas, la sirena
ha resonado muchas veces anunciando la próxima venida de Cristo y los
consiguientes juicios, invitándonos a ponernos al abrigo. ¿Hemos comprendido su
mensaje: “huir de la ira venidera”? (Lucas 3:7). ¿Tomamos la buena dirección?
¿Nos hallamos seguros?
Todos vamos al encuentro de Dios, un Dios santo y justo que
condenará a los que rehúsan la gran salvación que Él ofrece. El Dios de amor y
de perdón nos recibe tal como somos. El único medio de prepararse para
encontrarle es reconocerse pecador y creer en Jesús y en su sacrificio.
Escuchemos una vez más estas advertencias: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los
términos de la tierra” (Isaías 45:22). Y “arrepentíos y convertíos, para que
sean borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19).
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