martes, 24 de marzo de 2015


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.   Juan 3:36
¿Y quién podrá estar en pie delante de ti (Dios) cuando se encienda tu ira? Salmo 76:7


La sirena de seguridad

En una cantera ubicada en la falda de una montaña, algunas decenas de obreros tallaban y transportaban bloques de mármol. De repente se oyó al toque prolongado de una poderosa sirena y todos abandonaron su trabajo y se dirigieron rápidamente hacia un resguardo cuidadosamente instalado. Después del sonido de una segunda estridente sirena, unas minas estallaron en sordas explosiones y se desplomaron enormes bloques de roca en medio de una nube de polvo. Luego volvió el silencio y el trabajo en la cantera prosiguió.


Durante este año, de muchas y diferentes formas, la sirena ha resonado muchas veces anunciando la próxima venida de Cristo y los consiguientes juicios, invitándonos a ponernos al abrigo. ¿Hemos comprendido su mensaje: “huir de la ira venidera”? (Lucas 3:7). ¿Tomamos la buena dirección? ¿Nos hallamos seguros?


Todos vamos al encuentro de Dios, un Dios santo y justo que condenará a los que rehúsan la gran salvación que Él ofrece. El Dios de amor y de perdón nos recibe tal como somos. El único medio de prepararse para encontrarle es reconocerse pecador y creer en Jesús y en su sacrificio. Escuchemos una vez más estas advertencias: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra” (Isaías 45:22). Y “arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19).



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